Ni “mayores espacios de diálogo” ni “sociabilidad”, ni “articulación con el entorno”, ni “habitabilidad”, “ni mayor presencia en los debates públicos”. La agrupación Sociales por venir... ya vino, es la gestión de la Facultad desde 2017 y la lista de promesas, en las que genuinamente muchxs compañerxs depositaron expectativas de “cambio”, quedaron en eso.

Todo esto, cuando asistimos a un brutal ataque del gobierno nacional y los gobiernos provinciales contra las conquistas históricas de los trabajadores: contra los salarios, las jubilaciones, los convenios colectivos y las condiciones elementales de vida; y en el terreno que nos toca más de cerca a los docentes, contra el presupuesto universitario y el sistema científico en su conjunto.

La gestión de Carolina Mera repite y redobla el gesto de la anterior: encerrada y resguardada en el edificio de Marcelo T. de Alvear se mantiene olímpicamente distanciada de las dificultades y problemas que sufrimos cotidianamente  los docentes, no-docentes y estudiantes de Sociales.

Promocionó la consigna de la “articulación de las cinco carreras”. Pero, por lo bajo y no tanto, lo que se propone como salida es recortar en algunas para cubrir a otras en peor situación. Un tópico entre las gestiones de Sociales: promover la defensa corporativa de unos contra otros.

También ha ninguneado a los sindicatos docentes, no docentes y estudiantiles y  se ha reunido con ellos muy ocasionalmente, para escuchar... sin resolver ninguno de los reclamos planteados. En medio del conflicto más grande de los últimos años durante el 2018, se limitó a expedir una serie de comunicados… para advertir que las clases se podían dictar en el marco del conflicto por el salario y el presupuesto. O peor: sostuvo hasta el final a Cristian Bay, un funcionario acusado de violentar a docentes y estudiantes, prohijado por varias gestiones, quien fue finalmente desplazado por la movilización del conjunto de la comunidad de sociales.

No ha convocado a ningún debate ni reunión abierta para discutir cuestiones centrales que afectan directamente a los docentes de Sociales, sino que ha resuelto todo a nuestras espaldas, incluso de los debates en el Consejo Directivo. Ha votado en forma inconsulta en el CS la resolución del Rectorado que modifica el padrón electoral al habilitar a profesores del CBC –se calcula un número de 30- quienes, a partir de ahora, podrán votar en las elecciones del claustro de profesores de Sociales. También lo hizo apoyando el antisindical y antiacadémico reglamento de auxiliares de Medicina que impide concursar a los docentes que no sean médicos, amenazando con dejar a biólogos, antropólogos y... cientistas sociales en la calle y fuera de juego. La ex directora del IGG respaldó en el Superior la modificación del reglamento electoral de los Institutos UBA, que diluye la representación de auxiliares y becarios.

Se nos repite que no hay plata para terminar con el trabajo gratuito y las subrogancias, para equipar a las carreras más desfinanciadas, para mejorar lo más elemental del funcionamiento académico, al mismo tiempo que se vota a favor del presupuesto del Rectorado. Y todavía más grave: se acepta un ajuste al ya ajustado presupuesto de Sociales. Tal como ha sido denunciado por la Comisión Interna No Docente, el presupuesto 2018 está subjecutado. Esto no solo pone en riesgo el funcionamiento de la Facultad sino que amenaza con profundizar el congelamiento de la planta docente, los nombramientos de docentes ad honorem y subrogancias, y las promociones.

Los que se pronuncian en contra del macrismo fuera de la Facultad, siguen a rajatablas la política anti-educativa de la UCR y el PRO al interior de la UBA, votando a favor en cada sesión del Consejo Superior la política del Rectorado. Esto en representación de una Facultad que tuvo desde su fundación un movimiento docente-estudiantil y no docente que protagonizó una larga historia de insubordinaciones y movilizaciones en defensa de su presupuesto, el edificio único y digno (que seguimos sin tener) y la autonomía.

Desde el problema irresuelto del edificio único y en condiciones para Sociales, pasando por el no otorgamiento de licencias sin goce o la inexistencia de un jardín materno parental, hasta la no aplicación del Convenio Colectivo de Trabajo, la Gestión no ha resuelto ninguno de los problemas de Sociales.

Desde la Agrupación Naranja de Sociales, creemos que hay que oponerle una salida de los docentes, estudiantes y no docentes a esta situación crítica, contraponer la democratización del gobierno universitario al decisionismo unilateral de las autoridades. Llamamos al conjunto de las y los docentes, independientemente de cuál haya sido su expresión en las últimas elecciones de la Facultad, a convocar a un gran proceso asambleario de claustro único docente, con los estudiantes y los no docentes, para deliberar en torno a los problemas de Sociales y resolver colectivamente un curso de acción. Aunque suene retórico, no está en juego Sociales por venir sino el porvenir de Sociales. 

LLamamos a las Juntas de Carrera, a las agrupaciones docentes, no docentes y estudiantiles, a pronunciarse y poner en marcha una deliberación democrática. Y a promover y respaldar el plan de lucha nacional de los docentes por el salario, el salario para los ad honorem, el presupuesto, la defensa de nuestros derechos jubilatorios y la aplicación inmediata del CCT.

AGRUPACIÓN NARANJA DE SOCIALES

DOCENTES UNIVERSITARIOS, BECARIOS E INVESTIGADORES